La casa donde se filmaron escenas de la película Mi Pobre Angelito, ubicada en Winnetka, Illinois, ha trascendido como un lugar emblemático que, especialmente durante la temporada navideña, atrae a miles de turistas fascinados por el legado del filme. No obstante, esta fama no ha estado exenta de dificultades para la comunidad local, que enfrenta un aluvión de retos logísticos y de convivencia.
La residencia, con su distintiva fachada, se ha convertido en un símbolo inseparable de Mi Pobre Angelito. Su estética acogedora y los recuerdos nostálgicos que evoca han hecho de ella un destino imperdible para cinéfilos de todo el mundo. La escena de Kevin McAllister, el protagonista de la película, mirando a través de la ventana con su característico ingenio, es una de las imágenes más recordadas. Así, para muchos visitantes, recrear este momento es casi una tradición navideña. La casa no solo representa la calidez del hogar familiar, sino también el caos festivo que caracteriza las celebraciones navideñas.
El enorme flujo de turistas ha alterado significativamente la dinámica del vecindario. Winnetka, conocido por su tranquilidad y exclusividad, ve cada diciembre un aumento drástico en el tráfico vehicular, la falta de espacios de estacionamiento y la aglomeración en sus aceras. El bullicio rompe con la serenidad habitual, generando incomodidad entre los residentes, quienes consideran que la invasión de turistas ha rebasado los límites de lo manejable.
Entre las principales quejas se encuentran el ruido constante, las molestias por el comportamiento de algunos visitantes y la pérdida del carácter privado del vecindario. Este fenómeno ha llevado a algunos habitantes a exigir medidas para proteger su estilo de vida.
Ante estos retos, la policía local y estatal ha adoptado medidas estrictas para mantener el orden y garantizar la seguridad de todos. Durante la temporada alta, se refuerzan las patrullas policiales en la zona, además de instalar barreras y señales que dirigen el flujo de personas. El monitoreo constante tiene como objetivo prevenir actos vandálicos y conductas irresponsables. Estas acciones buscan equilibrar la afluencia turística con el bienestar de la comunidad, aunque el desafío persiste.
En 2011, los propietarios decidieron alquilar temporalmente la casa a través de Airbnb, lo que generó una ola de entusiasmo entre los fans de la película. Sin embargo, esta iniciativa trajo consigo nuevos problemas. Los vecinos reportaron un incremento en el tráfico, el ruido y comportamientos poco respetuosos por parte de algunos inquilinos, lo que agravó las tensiones. Finalmente, las quejas constantes llevaron a los propietarios a cancelar esta opción, priorizando la tranquilidad del vecindario.
YV