El nispero es un fruto de color anaranjado y pulpa carnosa, con un sabor característico que mezcla lo dulce y lo ácido.
La primavera es la temporada ideal para su maduración, momento en el que se recomienda seleccionarlos siguiendo ciertos criterios: deben estar enteros, con la piel y pulpa firmes, sin signos de deterioro o materiales extraños, y sin olores inusuales.
Se puede consumir de diversas formas. En su estado natural, en mermeladas, jaleas, almíbar y en varias recetas de repostería. Además, sus frutos pueden ser fermentados para elaborar licores o aguardientes.
Aunque es comúnmente conocido como «níspero japonés«, debido a su introducción a Japón hace miles de años, su origen real se sitúa en el sureste de China, donde se le conoce como «pípá». Desde allí, su cultivo se extendió a Europa y otras partes del mundo.
Estos son algunos beneficios del níspero
El níspero es una fruta que destaca por su aporte nutricional y sus múltiples beneficios para la salud. De acuerdo con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, el níspero es una fuente considerable de vitaminas como la C, B y A, además de contener minerales esenciales como potasio, magnesio y calcio. Estos componentes lo convierten en un alimento que contribuye de manera significativa al bienestar general del organismo.
Este fruto ha sido utilizado desde tiempos antiguos en la medicina tradicional, ya que se le reconocen propiedades que ayudan a aliviar síntomas comunes, como el vómito y la sed. Las flores de este fruto son empleadas por sus efectos expectorantes, lo que las hace útiles en el tratamiento de afecciones respiratorias.
Asimismo, según la Biblioteca Digital de la Medicina Tradicional Mexicana, gestionada por la UNAM, este fruto es recomendado principalmente para curar la diabetes, uso registrado en varias regiones de México, como la Ciudad de México, Hidalgo, Jalisco, Tlaxcala y Veracruz.
Entre otras aplicaciones medicinales que tiene el níspero, también se utiliza para mejorar la circulación, tratar problemas de varices, contribuir a la purificación de los riñones y de la sangre, así como a arrojar cálculos biliares.
AKV